Hoy, 18 de diciembre de 2013,
organizaciones sociales y civiles, instituciones, ciudadanas y ciudadanos
mexicanos y guatemaltecos caminamos para denunciar las persistentes violaciones
a los derechos humanos de las personas migrantes por parte de las instituciones
que deberían garantizar su cumplimiento.
Sin
importar el tipo de migración, tanto el Estado mexicano como el Estado
guatemalteco insisten en limitar o, en el peor de los casos, negar derechos que
son independientes a las condiciones de legal estadía o tránsito por nuestros
territorios.
A
las y los migrantes que han tomado como destino nuestros países les son
permanentemente negados los derechos a la salud, a la educación y al trabajo,
condenándolos a perpetuar un ciclo de pobreza y exclusión social. Muchas de las
y los migrantes que transitan por nuestros países son asesinados,
desaparecidos, secuestrados, vejados y humillados en los distintos corredores
migratorios
Las y los
migrantes que regresan a sus comunidades, además de ser estigmatizados, se
encuentran con múltiples obstáculos que les impiden incorporarse a sus localidades de manera productiva.
Particularmente, nos preocupa las condiciones de las mujeres migrantes y los
menores que, viajando acompañados o no, son vulnerables a situaciones que
atentan contra su integridad personal y no podemos callar ante las amenazas y
ataques sistemáticos contra defensores y defensoras de los derechos de las
personas migrantes, como el Albergue “La 72” en Tenosique, Tabasco.
Es por eso que
hoy, las y los que nos encontramos presentes, exigimos a todas las autoridades
mexicanas y guatemaltecas que cumplan con sus compromisos para garantizar,
respetar, promover y proteger los derechos de las y los migrantes.
Alzamos nuestra
voz para recordarle a cada policía, agente migratorio, militar, personal de
aduana, personal de hospitales y centros educativos que, como servidoras y
servidores públicos, están obligados a actuar conforme a los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, que
caracterizan a los derechos humanos sin importar la nacionalidad de las
personas.
Nos
solidarizamos y reconocemos la auto-organización de los propias migrantes como
la labor de la Coalición de Indígenas Migrantes de Chiapas. Saludamos a la “Caravana
de Madres Centroamericanas Buscando a sus Migrantes Desaparecidos”, quienes el
día de hoy concluyen, en Tapachula, el recorrido de más de 18 días por
territorio mexicano para exigir verdad y justicia.
Enfáticamente solicitamos
que el gobierno mexicano incorpore las recomendaciones elaboradas por la
sociedad civil organizada, que han surgido en los recientes foros de consulta,
para que la política pública en materia migratoria garantice el verdadero
respeto de los derechos de las y los migrantes.
La labor que
realizamos como Mesa de Coordinación Transfronteriza Migraciones y Género es
impulsada por la solidaridad que genera la indignación por las terribles
condiciones de vida que atraviesan las personas migrantes, refugiadas y
desplazadas. Ante ello, nosotras y nosotros manifestamos que NINGÚN SER HUMANO
ES ILEGAL y que la dignidad humana debe anteponerse ante cualquier documento
migratorio.
¡LOS DERECHOS HUMANOS NO TIENEN FRONTERAS!